Los días son desiertos,
las horas como dunas,
cada minuto eterno,
toda esperanza nula.
Soñando cada segundo
con el oasis de tu boca,
con el fuego de tus brazos,
con el amor que me arropa.
Solo aguardando tu llegada
como quien ansía la muerte
con lágrimas en los ojos
que desesperan por verte.
Arrastro así mi pena
por la sombra indeleble
de esta que es mi condena
sin más tregua que la muerte.
Sleeping Beauty. Autor: Benjamin Lacombe |
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