jueves, 15 de marzo de 2012

De cómo perdí una Apuesta y gané una Playa..


Mi madre me dijo que porfiase, pero que no apostase, pero no le he hecho caso y me ha costado invitar a mi compañero a una cerveza. No era una apuesta muy grande, pero igualmente la he perdido y me molesta muchísimo no tener razón.
Aunque en este caso no seguí el sabio consejo de mi madre, normalmente lo hago. No me gusta nada que se use una apuesta como argumento en una discusión, eso no da la razón, y me molesta terriblemente el “¿Qué te apuestas?” como si eso le diera la razón a quién lo dice si no lo aceptas. Me resulta odioso. Además, siempre que me “obligan” a apostar me enfado terriblemente y encima le monto un pollo al “apostador”, aunque todavía no he conseguido que ese alarde de ira disuada a nadie de instarme a que apueste.
El caso es que apostamos a que había, al menos, una cala más que no habíamos visto entre Genoveses y Monsul. Yo estaba convencida de que las habíamos visto todas, porque hace algunas semanas fuimos caminando desde Genoveses hasta lo que me aseguraron que era Monsul, así que para mi no había duda.
Mi compañero, sin embargo, no recordaba haber pasado ni al lado ni alrededor de un monte bastante grande que hay junto a las calas del Barronal, aunque fue el mismo el que me aseguró que habíamos llegado hasta la playa de Monsul en la anterior ocasión. Nos apostamos una cerveza a la que invitaría el que perdiera y perdí yo. Efectivamente había varias calas geniales por las que no habíamos pasado y, en nuestra anterior excursión, no habíamos llegado hasta Monsul. ¡Ni acercarnos!
Así perdí mi apuesta, los nervios, mi orgullo herido, porque siempre he odiado perder, pero he ganado una playa increíble. Si no os lo creéis, juzgarlo vosotros mismos..
Foto: Jaialai

Foto: Jaialai 

Foto: Jaialai 

Foto: MCruz 

Foto: MCruz 

Foto: MCruz 
Foto: MCruz 

Foto: MCruz 

Foto: MCruz 

Foto: MCruz 

Foto: MCruz 

Foto: MCruz 


2 comentarios:

Enrique Valdivia dijo...

Verdaderamente es un lugar hermoso. Para prederse con un libro y una nevera...

MCruz dijo...

Es una cala increíble, Enrique. Por esa zona hay un montón de playas preciosas.
Esta, en concreto, tiene un acceso difícil, la nevera tendría que ser pequeña.
Me acompañaba "Trilogía de Nueva York" de Paul Auster que me ha dejado una amiga. Estaba en el cielo.