El pasado fin de semana estuvieron en casa unos amigos, la
primera visita que recibimos desde que llegamos a San José. Nos hizo mucha
ilusión su llegada y, además, lo pasamos genial, ha sido una pena que se hayan
tenido que ir tan pronto… en fin, espero que vuelvan pronto. Además, esperamos
a nuevos amigos para que conozcan el cabo de gata y lo visiten y disfruten con
nosotros.
Este fin de semana se han jugado las series mundiales de
baloncesto en mi patio, colocamos una canasta cuando vinimos y nunca le
habíamos sacado tanto partido. El equipo All Stars ya estaba aquí, así que ha
habido horas y más horas de lanzamientos a canasta, incluso unas series
provinciales a las 6 de la mañana…
Como todo no podía ser perfecto, hubo un daño colateral. El
primer día mi aloe vera se llevo un balonazo y perdió una de sus hojas. La miré
con pena, pero no quería tirarla. Era mi primera planta, la compré cuando me
decidí a irme a vivir sola, y le tengo mucho cariño. La
Aloe Vera da una energía muy positiva al
entorno donde se encuentra y, además, se ha usado desde hace siglos para curar
heridas y enfermedades de todo tipo. Os dejo un enlace para que os hagáis una
idea de las propiedades, porque son asombrosas, yo me quedaría corta.
En fin, no me resigné a que mi hoja de aloe acabara en la
basura, merecía mucho más. Así que, seguí una receta del enlace que os he
puesto anteriormente e hice un jugo con la pulpa. Ahora lo uso para la piel del
rostro, porque es astringente y cierra los poros, así que me sienta muy bien, y
también para ver si se me cura una pequeña herida que se me viene resistiendo.
Mi compañero la usa para después del afeitado y mejora muchísimo la irritación.
Así que el daño colateral se ha convertido en un ungüento mágico..
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