Por naturaleza soy una
persona a la que le gusta mucho su libertad, su independencia y que va un poco
a “su bola”, lo que me convierte en una persona un poco solitaria y nada
cumplida. Si no me apetece ver o hablar con alguien, no lo hago, y espero que no
lo hagan conmigo… A pesar de esto, mis amig@s me quieren y me soportan, me
entienden y me respetan. Ya saben como soy, así que no les extrañan mis cosas,
creo que incluso las aprecian, aunque algunos me abroncan de vez en cuando. Es
por esto, que no me ha costado mudarme a un pueblo de 400 habitantes (durante
el invierno, al menos) y pasar gran parte del tiempo sin hablar con nadie.
Pero hay algo que me
resulta extraño hasta a mí. Cada vez la gente está más sola, y no creo que sea
exactamente por elección.
España es un país en que
la gente en general es amable y sociable, es posible que tenga algo que ver con
el clima o las horas de sol, o que en gran parte de ella “vivimos en la calle”
De toda la vida los vecinos se han saludado, no los del mismo bloque, sino también
los de la misma calle. La gente se conocía en los barrios y cuidaban (y
chismorreaban, también, no nos vamos a engañar) los unos de los otros, había
contacto humano. Esto ahora no pasa. Ya no conocemos a los vecinos, ni siquiera
sabemos como se llaman, como mucho mantenemos una conversación incomoda sobre
el tiempo dentro del ascensor si coincidimos con ellos, así que ni hablar del
barrio o la calle. Sin embargo, pasamos horas hablando por teléfono con gente a
la que casi nunca vemos, conocemos gustos musicales o qué están haciendo
personas que están a cientos de kilómetros y con las que, tal vez, hemos
coincidido alguna vez en algún lugar del que ya no nos acordamos, pero que es
nuestro amigo en alguna red social. No estamos incomunicados, no es que no
hablamos con la gente, es que lo hacemos de otra manera, y cuando no queda más
remedio que hablar con tus amigos y familia de esta forma, está bien, la
tecnología nos ha acercado lo que antes estaba lejos, pero es una pena que no
conozcamos a nuestro vecino, ni tengamos el más mínimo interés en ello, ni
crucemos más que un forzado “buenos días” con él y, sin embargo, si tengamos
tiempo para molestarnos en que ha dicho “fulanito de copas”, que es amigo del
amigo de una amiga, ayer sobre el
partido de futbol, que ni siquiera te gusta.
¿Es sana esta forma de
relacionarte? ¿Realmente se crean amistades de verdad de esta forma? Creo que
perder el contacto entre nosotros va en contra de nuestra propia naturaleza,
somos animales gregarios, alejarnos de nuestros propios sentimientos hacia los
demás nos dejará vacios..
Imagen de Mundohispano.com |
PD. He adjuntado un nuevo
blog a la lista; Mis Detalles Artesanales. Son de una amiga que hace todas
estas cosas a mano y son geniales. Ya tiene una cliente para estas navidades!!
1 comentario:
Que me llamen rara, bien asumido lo tengo... pero le llevo galletas a mi vecina divorciada del quinto, intento intercambio recetas con mi frutera, converso con las personas que trabajan en los comercios de mi barrio... Sé que a veces incomodo a las personas, pero les robo instantes, vaya ser que merezca la pena y me lo esté perdiendo...
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