martes, 11 de septiembre de 2012

Apocalipsis..


No  hace muchos días que volví a ver Apocalypto. Siempre me gustó esta película, a pesar de las continuas críticas a su falta de veracidad histórica. 
Está claro que si alguien quiere ver un documental sobre los Mayas es mejor que no vea Apocalypto. Salvo por los diálogos en maya yucateco, está película es, solo eso, una  película, un modo de contar una historia, una historia sobre la supervivencia de los débiles frente a los fuertes, acompañada de algo de videncia y de magia que, al final, no lo es tanto.
Fue viendo este film, viendo como los mayas sacrificaban vidas humanas para su propio beneficio, en este caso, como ofrenda a sus dioses para obtener buenas cosechas, buena caza, lluvias, … cuando me di cuenta de lo poco que la raza humana a cambiado en algunas cosas.
Se sigue sacrificando a muchos en beneficio de unos pocos, también como ofrenda a un dios, pero no por convicción religiosa, no, el nuevo dios se llama dinero, y, aunque la ofrenda ya no es cortando la cabeza  a nadie literalmente, si que llevan a muchas personas al límite, al límite de la pobreza, al límite de sus fuerzas, al límite de la paciencia y al de la esperanza. La vida se vuelve muy difícil, a veces, casi imposible, especialmente cuando les han dejado probar las mieles de una vida cómoda y los empujan al filo de la indigencia, a mirar a sus hijos a la cara sabiendo que no tienen nada que ofrecerles para su futuro, cuando ellos mismos no saben si tienen futuro.
No hemos aprendido nada en cientos de años. Y la historia que no se recuerda, está condenada a repetirse, aparentemente, una y otra vez..

Templo de los sacrificios humanos ofrecidos al dios sol Kukulcan. Extraída de statveritas.com.ar


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