Me encantan las buganvillas. Tan hermosas y resplandecientes, brillantes, llenas de color, invariablemente floridas.
Siempre las he asociado con los sitios que me gustan, a los lugares a donde vuelvo cuando quiero encontrar paz y alegría, a mis lugares favoritos en este mundo, las playas de la costa andaluza, igual me da que sean mediterráneas o atlánticas, la hermosa buganvilla crece en ambas, y en Granada, donde luce esplendida y primorosa en el Albaycin una buganvilla naranja, tan naranja como la mía.
Durante mucho tiempo he querido tener una, pero no se me había presentado la ocasión, hasta ahora, que por la zona en la que vivo, puedo tenerla y cuidarla.
Debo este post desde hace mucho tiempo a Paco y a Conso, que nos regalaron esta preciosidad, pero hasta ahora no he podido terminarlo, os explicaré por qué: Las buganvillas, además de bellísimas, son muy resistentes a la falta de agua, al abandono, al viento, a las plagas, a todo lo que se os pueda ocurrir, pero no llevan bien que le alteren sus raíces, muy suyas ellas. Así que cuando la trasplanté a un macetón para que estuviera más cómoda y creciera más, perdió todas las flores y muchas hojas. Las hojas las recuperó enseguida, estas plantas crecen por días, pero las flores han tardado un poco más. La buena noticia es que ya están aquí, preciosas y perfectas, alegrando nuestro patio, nuestra vista y nuestra vida..
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Foto: MCruz |
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Foto: MCruz
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Foto: MCruz
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Aprovecho para dejaros un enlace sobre la buganvilla, para todo aquel que esté interesado en tener una. Son realmente preciosas y no precisan muchos cuidados ..
1 comentario:
Lo de jugar al basket en el patio....
Diego
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