Oigo un latido en el fondo de mi pecho,
son los suspiros de mi corazón muriendo.
Un lúgubre silencio retumba en mis oídos,
su sombra negra ahoga mis sentidos.
Solo ese latido suena y me recuerda, día a día,
que, a pesar de tu ausencia, no he muerto todavía.
Extraido de Versos Suicidas. com |
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