Y aquí sigo esperando
a que vengas y lo inundes todo,
te lo lleves todo
y conviertas todo en agua.
Dejar que me acaricien tus gotas,
flotar en tus aguas,
deslizarme y sumergirme en ellas,
oscuras y profundas,
hundirme hasta quedar sin aliento
y buscar el primer rayo de sol,
el primer hálito,
como un recién nacido
en un mundo nuevo.
Y descansar en la orilla
hasta que el sol me seque.
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