Durante el tiempo en el que empecé a pensar y meditar mucho esta idea de cambiar mi vida, ha habido vidas que han cambiado de verdad y para siempre.
Hay dos miembros o, en este caso, dos “miembras” (gracias, Bibiana Aido, por esta aportación a la ya deteriorada lengua española. Lo malo es que este “palabro” lo da como error el Word) nuevas entre mi grupo de amigos y gente querida. Ellas son Daniela, a la que he podido conocer hace muy poquito, porque iba paseando con sus orgullosos papis (que ya pueden estar orgullosos porque es preciosa) y Anne Claire, a la que solo he podido conocer por foto, y que es guapísima, con unos ojazos claros increíbles.
A ellas les dedico una de mis antiguas poesías. Y espero que, ya que ellas aún no saben leer, les guste a sus padres, a los que les deseo que las cuiden, las quieran y disfruten de ellas porque son un regalo maravilloso:
Con los curiosos ojos de la inocencia
Miras todo a tu alrededor
Con hambre, casi con insolencia,
Si pudiera ser insolente tanto candor.
Con tu dulce sonrisa llenas de vida
Hasta el último rincón de los corazones que te aman
Abriendo en ellos una herida anodina
De amor ilusiones y esperanzas.
Bienvenidas a la vida..
1 comentario:
me gusto!
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