miércoles, 25 de julio de 2012

Para Siempre..

¡Déjale marchar!, 
me susurró el cielo.
¡Déjale!- dijo. 
Y una lágrima voló con el viento.

Un suspiro ardió en mis labios
y con él, todos mis miedos.
Pero no pude detenerle.
No supe cómo hacerlo.
Retenerle a mi lado
es como atrapar un sueño.

Los sueños son libres,
no hay jaulas ni desiertos.
 Él tiene que ser libre
y volar con ellos.

Se marchó,
 aunque está en mi corazón,
en mis pensamientos.
Mi vida quedó vacía,
pero siempre estará en mi recuerdo.

"Cómo dejar ir a quien Amas".
Foto extraída de blogminicano.blogspot.com.es

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