Antes de volver a casa por navidad, fuimos a despedirnos de
una amiga y felicitarle las fiestas. Como ella no vive en San José, nos
acercamos a su pub para verla y aprovechamos que era temprano y estaba sola
para tomarnos algo con ella y charlar.
Comenzamos a hablar sobre las cercanas navidades, qué íbamos
a hacer, donde íbamos a ir y con quien las íbamos a pasar, hasta que mi
compañero se levantó y casi se cae porque sus cordones se habían enganchado en
su otra bota, a pesar de los pantalones vaqueros que los cubrían, por lo que
nos pareció extraño.
Fue entonces cuando nuestra amiga nos contó que había notado
una presencia desde que abrió el pub, mucho antes de que nosotros llegáramos.
Imagina nuestra cara de sorpresa cuando oímos eso!!! Y ahí no se quedo la cosa,
sino que nos dice: “ Es un hombre y en este momento está a mi lado” Justo en
ese momento se encendió sola la lámpara que estaba justo sobre su cabeza que,
por supuesto, estaba apagada a pesar del que el resto de las lámparas
conectadas al mismo interruptor estaban encendidas. Yo no creo en fantasmas,
para mi todo tenia explicaciones lógicas, pero hay que reconocer, que cuanto
menos era sorprendente y, lo cierto es que, a pesar de la chimenea, a veces se
notaba una corriente de aire, como cuando alguien está pasando a tu espalda.
Fue todo muy curioso.
Viendo que prestábamos atención a su historia y que no parecíamos
asustados por ello, siguió contándonos que era habitual que hubiera fantasmas
en su local. Yo pensé que en el suyo y en todos los pubs de España, y que no
hacia falta ningún don especial para verlos, están a simple vista,
especialmente por las noches. Pero me temo que no se refería a lo mismo que
yo... Ella piensa que los espíritus no saben que ya no están vivos y siguen
haciendo su vida normal. Así que cuando
nota presencias, los echa cuando va a cerrar, les pide amablemente que se vayan
porque tiene que cerrar y, aparentemente, se van.
Continuó diciéndonos que su abuelo aún vivía en su casa y, a
la pregunta de mi compañero de si no habían pensado en echarlo de alguna
manera, ella contestó lo que, por otra parte, era lo más lógico: “Es mi abuelo,
no nos va a hacer nada malo, no lo voy a echar de su casa”. Un argumento
aplastante.
Solo en un sitio como este puede pasarte que vayas a
saludar a una amiga y acabes pasando una velada “entre fantasmas” ..
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